miércoles, 12 de octubre de 2011

"LA ORUGA" EL PEOR ENEMIGO DE LAS PLANTAS DE EXTERIOR.





Pero si hay alguna plaga a la que todos los años vemos mermar nuestra cosecha esa es la plaga del gusano del cogollos.
Los casos más graves en la marihuana se dan en cultivos químicos, en cambio aquella marihuana que ha sido cultivada con métodos ecológicos suele presentar poblaciones más bajas de gusanos. También hemos podido comprobar que tienen cierta preferencia por los híbridos, sobre todo aquellos con dominancia sativa, los híbridos con una mayor carga índica eran menos de su agrado, aun estando todas las plantas en el mismo bancal prefieren los híbridos con dominancia sativa.
Las índicas puras les agradan menos, aunque no por ello le hacen ascos ante ausencia de comida. Las variedades sativas puras, dado su tardía a la hora de florecer suelen librarse de ser atacadas por los gusanos. Como éstas comienzan muy tarde a florecer (sobre finales de Septiembre), cuando el cogollo está medio formado la última generación de orugas ya se ha transformado en mariposa, y éstas van locas buscando pareja para hacer la última puesta: el huevo de invierno, que eclosionará con la llegada de la primavera. Para aquellos que gocen de un invierno templado puede ser un buen remedio plantar variedades sativas puras de floración tardía.
Los daños en la marihuana se dan, , en las flores hembras, pero no se comen los cogollos como todo el mundo dice. Exactamente muerde los tallos -que unen las distintas florecitas hembras que forman el cogollo- y posteriormente succiona de los mismos la savia que asciende en cantidades industriales hacia los mismos para formar potentes y grandes racimos florales, o sea que se alimenta de savia y no de comer cogollos. Una vez ha terminado la oruga de alimentarse, la parte de cogollo que ha tocado queda como si lo hubieran cortado, se pueden ver los mordiscos en los tallos, y es por ello por lo que comienza a secarse. Los cogollos muertos son un riesgo y foco de posibles botritis, ya que dentro del cogollo también han quedado los excrementos de las orugas, a simple vista podemos ver sus diminutas heces negras dentro de los cogollos por los que han pasado. Si se mojan los cogollos, lo cual pasa con el rocío, las heces de las orugas pueden comenzar a fermentar aumentando todavía más el riesgo de padecer botritis.
Pero si hay alguna plaga a la que todos los años vemos mermar nuestra cosecha esa es la plaga del gusano del cogollos.
Los casos más graves en la marihuana se dan en cultivos químicos, en cambio aquella marihuana que ha sido cultivada con métodos ecológicos suele presentar poblaciones más bajas de gusanos. También hemos podido comprobar que tienen cierta preferencia por los híbridos, sobre todo aquellos con dominancia sativa, los híbridos con una mayor carga índica eran menos de su agrado, aun estando todas las plantas en el mismo bancal prefieren los híbridos con dominancia sativa.
Las índicas puras les agradan menos, aunque no por ello le hacen ascos ante ausencia de comida. Las variedades sativas puras, dado su tardía a la hora de florecer suelen librarse de ser atacadas por los gusanos. Como éstas comienzan muy tarde a florecer (sobre finales de Septiembre), cuando el cogollo está medio formado la última generación de orugas ya se ha transformado en mariposa, y éstas van locas buscando pareja para hacer la última puesta: el huevo de invierno, que eclosionará con la llegada de la primavera. Para aquellos que gocen de un invierno templado puede ser un buen remedio plantar variedades sativas puras de floración tardía.
Los daños en la marihuana se dan, , en las flores hembras, pero no se comen los cogollos como todo el mundo dice. Exactamente muerde los tallos -que unen las distintas florecitas hembras que forman el cogollo- y posteriormente succiona de los mismos la savia que asciende en cantidades industriales hacia los mismos para formar potentes y grandes racimos florales, o sea que se alimenta de savia y no de comer cogollos. Una vez ha terminado la oruga de alimentarse, la parte de cogollo que ha tocado queda como si lo hubieran cortado, se pueden ver los mordiscos en los tallos, y es por ello por lo que comienza a secarse. Los cogollos muertos son un riesgo y foco de posibles botritis, ya que dentro del cogollo también han quedado los excrementos de las orugas, a simple vista podemos ver sus diminutas heces negras dentro de los cogollos por los que han pasado. Si se mojan los cogollos, lo cual pasa con el rocío, las heces de las orugas pueden comenzar a fermentar aumentando todavía más el riesgo de padecer botritis.


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